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a tradición del poema escrito se abre paso partiendo del poema cantado, pasando las palabras a ser seleccionadas y combinadas de forma independiente sin necesidad de melodía.

Es aquí cuando surge a partir de 1913 el aspecto visual de la poesía; de esa experiencia cabe destacar el caligrama, que ya había sido ensayado por poetas de la antigua Grecia. El éxito de la imprenta daría más gloria a esta nueva manifestación poética, que alcanzaría cotas insospechadas con las nuevas formas de reproducción (fonógrafo, cinematógrafo...).

Guillaume Apollinaire

Guillaume Apollinaire, que poseía profundos conocimientos, así como interés por la pintura, fusionó ésta y la poesía, creando en el siglo XX una forma nueva de expresión poética que entronca con los antiguos ideogramas, donde los versos visualizan gráficamente su contenido.

Su obra Caligramas, un libro de poemas ilustrado, fue publicado en 1918. En él experimentó, llevándolo al límite, el aspecto formal de sus obras anteriores.

Por otro lado, son célebres los "ideogramas" de Apollinaire, una técnica también conocida como "poesía visual", en el que se utilizaba la tipografía del propio texto del poema para "dibujar" objetos.

Ilustración de un ideograma

Era éste un tipo de expresión vanguardista que intentaba romper con los moldes establecidos sobre el encasillamiento que se hacia de los géneros artísticos, y también como forma de aproximación al cubismo.